Refutación del mar

Poesía, de Margarita Pintado

Presentamos la serie Ideas y Poesía: conversaciones entre poetas y creadores. Nos acompaña la escritora y profesora Margarita Pintado, de Puerto Rico, conversando con Iris Mónica Vargas.

Iris Mónica Vargas: Te he escuchado decir que para dar con esa voz, en la poesía, una debe conocerse a sí misma. ¿Podrías hablar sobre eso?

Margarita Pintado: Creo que la escritura y la creación literaria son una oportunidad para reflexionar sobre quienes somos, cómo nos afecta el mundo, cómo y qué nos duele, o sana, qué tememos, etc. Yo escribo poesía para cultivar esa voz que nunca está acabada, que uno no puede dar por sentada porque se nutre de nuestra constante reflexión y búsqueda. Creo que es importante conocernos, no tener miedo a descubrir ciertas cosas de nosotros y expresarnos desde ahí, no necesariamente desde nuestras certezas sino desde esos lugares en donde el Yo parece que se nos rompe y disgrega. Conocernos bien tiene un efecto inmediato en nuestra expresión… no escribimos para construir muros a nuestro alrededor, sino para derribarlos.

IMV: Cuando escribes un poema, ¿tienes alguna aspiración particular?

MP: Mis aspiraciones cambian con cada poema. Por ejemplo, cuando escribí el poema para mi padre “Su sonrisa es un imán” yo lo que quería era que, en mis versos, apareciera la nieve que cae en la foto que inspiró el poema. Literalmente, yo quería que tú escucharas el sonido sordo que hace la nieve cuando cae. Y creo que lo he logrado. Cada vez que leo ese poema, al menos yo escucho el sonido ciego de la nieve. Pero por lo general, lo que quiero es que el poema piense lo que yo siento. Porque el poema es el lugar del pensamiento sentido, no del sentimiento bien pensado. Quiero tener un efecto en el sensorio y el ánimo del lector, que lleve necesariamente al pensamiento.

IMV: Eres la misma persona en el poema que en tu vida diaria? ¿O es que la poesía te permite explorar otras partes de ti?

MP: No, de ninguna manera soy “la misma” persona en el poema. El yo que emerge en el poema es un yo creado, una voz poética cuidadosamente trabajada, hecha a partir de mi experiencia particular, pero depurada para que sea una voz universal. El yo del poema es siempre un yo intenso, concebido en la soledad del pensamiento y la imaginación. Es un yo que tiene que separarse del yo cotidiano, es un yo que vive para liberar al yo cotidiano. Y vice versa.

IMV: De los trabajos que has hecho hasta el momento, tanto los que has publicado como los inéditos, ¿cuál disfrutaste más y, por qué?

MP: Tengo poemas de los que me siento particularmente orgullosa, sí, pero son muchos (modestia aparte) para mencionarlos aquí. Mi experiencia más enriquecedora como poeta ha sido escribir junto al poeta cubano Lorenzo García Vega, nuestro Ping-Pong Zuihitsu. El poema que más me gusta y me interesa es el que tengo en la cabeza sin escribir todavía.

IMV: En estos momentos de la historia, ¿cómo sirve la poesía?

La poesía no sirve (no es servil), ese es su mayor valor y virtud. Pero nos acompaña, digamos. Y es inevitable que queramos vivir en ella, los seres humanos buscamos la belleza en todo, y el lenguaje es una gran fuente de belleza, accesible a todos y por lo tanto, muy fértil como terreno para experimentar/ jugar con lo bello. Creo que la poesía puede hacer muchas cosas, en tanto nos hace pensar, puede tener un efecto brutal en la vida de una persona, puede ayudarnos a iniciar un proceso de liberación… no sé, eso no es exclusivo de la poesía sino del arte y la expresión artística en general. No es que sirva para algo… es que es TODO, lo ocupa todo, y a veces no nos damos cuenta de cuan metidos estamos en el arte, pero sí lo estamos. Puede que el rol del poeta sea, al nombrar el pensamiento, sentimiento o experiencia, visibilizarlo y situarlo en la mente del lector que a lo mejor no tenía el lenguaje para nombrar su propio dolor, pensamiento, experiencia, y ahora que lo tiene, ahora que sabe que no está solo, poder relacionarse de otra manera con su dolor, sus preguntas, consigo mismo/a. Entonces, la poesía acompaña, y eso no es poca cosa.

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Aquí una muestra de poesía, en mente y manos de Margarita Pintado.

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Margarita Pintado (Bayamón, Puerto Rico) es poeta, crítica literaria y ensayista. Es autora de los poemarios Ficción de venado (2012) y Una muchacha que se parece a mí (2016), libro ganador del Premio de Poesía del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Los poemas aquí presentados son parte de su tercer libro en preparación. Vive con su familia en San Diego, California, en donde enseña lengua y literatura en Point Loma Nazarene University.

Iris Mónica Vargas es poeta y físico. Su más reciente libro es El día en que dejamos la tierra (inédito). Ha publicado La última caricia (Terranova Editores, 2014), y El libro azul (Snow Fountain Press, 2018). Este último recibió un premio PEN Puerto Rico Internacional.

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